Hemos pasado los últimos días del año chino en otra ex-colonia británica: Hong Kong.
Esta gran metrópolis china fue colonia británica durante un siglo (1842-1941), los japoneses la ocuparon durante unos pocos años (1941-1945) y volvió a ser británica desde 1945 hasta 1997. Por lo tanto, es territorio autónomo desde hace menos de 20 años y de una manera un poco peculiar. Desde 1997 Hong Kong se considera una «región administrativa especial de la República Popular China» y se rige bajo el concepto de «un país, dos sistemas». Esto quiere decir que funciona con un sistema económico capitalista bajo la soberanía de un país considerado de ideología comunista. Este concepto en la práctica puede resultar algo complicado y a pesar de nuestra corta estancia en la ciudad, apenas una semana, hemos percibido en el día a día esta relación «especial» y a veces tensa que tienen los hongkoneses con la que ellos llaman la Mainland China y sus habitantes los mainlanders.
Es la ciudad del mundo con mayor número de rascacielos y una de las metrópolis más densamente pobladas. Se considera uno de los centros financieros líderes del planeta y tiene una de las redes de transporte público más altamente desarrolladas. Hong Kong también bate records en otros aspectos no tan favorables como es la contaminación del aire. De todos modos, los hongkoneses cuentan con una de las más altas esperanzas de vida del mundo.
Básicamente, el territorio de Hong Kong se divide en 3 regiones: Isla de Hong Kong, Kowloon y Nuevos Territorios.
Como hemos dicho antes, el transporte público de la ciudad es excelente, tanto el metro, bus, tranvía o ferry, por lo que nos hemos movido por los puntos principales con comodidad. Si tuviera que definir con tres palabras lo que me ha parecido Hong Kong, diría: comprar, comer, skyline. De lo primero no somos adeptos pero de los otros dos somos incondicionales.
Vayas por donde vayas, todas las calles se encuentran plagadas de restaurantes. Desde puestos de calle, locales descuidados y no especialmente limpios a restaurantes medios o ya más lujosos, es posible degustar a cualquier hora del día todo tipo de especialidades de la cocina china, pero también de la japonesa, coreana, tailandesa, italiana, francesa y seguramente de cualquier país que uno se pueda imaginar. Nosotros por precios muy accesibles hemos disfrutado y hemos podido corroborar que la cocina china no es la misma que habíamos probado en los restaurantes chinos de nuestro barrio. Deliciosos dumplings, wonton, sopas con bolas de carne o pescado, noodles, fideos, cangrejo picante, navajas con salsa, almejas al vino, callos, todas las partes del cerdo y otros animales posibles, platitos pequeños tipo dim sum, pinchitos, dulces con judía roja o sésamo… Definitivamente, Hong Kong es un paraíso para los foodies.
Símbolo de la ciudad, no nos hemos cansado de observar día y noche el sorprendente skyline de Hong Kong. Hemos tenido la suerte de poder verlo desde la ventana cada día pero igualmente, hay maneras muy fáciles de poder disfrutarlo. El servicio Star Ferry por poquísimo dinero une continuamente Kowloon con la Isla de Hong Kong y ofrece vistas excepcionales del skyline en cada trayecto. Por otra parte, cada noche a las 20h, desde la Avenida de las Estrellas en Tsim Sha Tsui se puede contemplar un espectáculo de luces y sonido sobre el skyline que sin duda resulta inolvidable para cualquiera.
Respecto a las compras, cuando paseas por la ciudad te vas cruzando cada poco tiempo con enormes y cuidados centros comerciales. Todas las grandes marcas internacionales de moda y accesorios pueden encontrarse cada pocos pasos. Además, las calles están abarrotadas de tienditas más modestas de comida, productos de limpieza, de medicina tradicional, más ropa… Pero nosotros, si es para comprar, nos quedamos con los mercados. El céntrico barrio de Mong Kok es igual o más ajetreado que el resto de la ciudad y ocupa sus calles con diversos mercados. En la calle Tung Choi se extiende el Ladies` Market con todo tipo de souvenirs, gadgets, lencería… cerca está el mercado de las flores y en la zona también se encuentra el mercado de accesorios de electrónica, entre mucho otros. Cuando cae la noche, merece la pena acercarse a la calle Temple para curiosear a lo largo del Night Market: más souvenirs, juguetes infantiles pero también eróticos, videntes, adivinos y otros personajes extraños que toman las calles.
En nuestra visita a Hong Kong hemos tenido la suerte de conocer a Nicka, que durante una tarde nos hizo de guía local estupendamente. Nos llevó a sus sitios preferidos, probamos comida y postres riquísimos y al final del día pudimos contemplar la ciudad desde las alturas en un lugar sólo conocido por hogkoneneses. Gracias Nicka!
Es una pena marcharnos de esta gran ciudad justamente una semana antes del inicio de las fiestas del Año Nuevo Chino. El primer día del Año Nuevo chino cae en el día de luna nueva más próximo al inicio de la primavera. Este año será nuestro 19 de febrero y dará inicio al año del mono.
Feliz año 4713 a todos!!