Viajar a Vietnam implica casi necesariamente conocer la Bahía de Halong. Catalogada como una de las siete maravillas naturales del mundo, es destino imprescindible en la visita al país.
Sinceramente, sobre todo tras la experiencia con nuestro tour por el delta del Mekong, teníamos nuestras reservas con respecto al tour por la bahía. Son montones las agencias de viajes que ofrecen diferentes recorridos a lo largo de la bahía y temíamos formar parte otra vez de un grupo enorme con un programa rígido que no cumpliese del todo nuestras expectativas. Por suerte, lo que nos encontramos nos sorprendió gratamente. Escogimos, por referencias de amigos, hacer el tour con la agencia Vega Travel y entre las diferentes opciones la de 3 días y 2 noches, una de ellas en el barco y la otra en la isla de Cat Ba. El guía, Dem, era simpatiquísimo, disfrutamos realmente con las actividades y los paisajes y conocimos gente con la que seguro seguiremos en contacto.
La Bahía de Halong se encuentra en el norte de Vietnam, en el golfo de Tokin, muy cerca de China, a 170 kilómetros al este de Hanoi. Comprende una superficie de 1500 km cuadrados a lo largo de una costa de 120 kilómetros y acoge un archipiélago formado por 1969 islas de diferentes tamaños, la mayoría protegidas. Muy pocas de ellas están habitadas y gran parte de los pescadores locales viven en pueblos flotantes.
Algo que nos gustó desde el principio fue que nuestro barco se desvió desde el inicio de la ruta tradicional y nos llevó tranquilamente, entre islitas mientras descansábamos en la cubierta, a la menos turística pero no por ello menos bella bahía de Bai Tu Long.
Más tarde, de vuelta a la zona de Halong más transitada, visitamos la enorme cueva de Hang Sung Sot (o «Surprising Cave») con sus estalactitas y estalagmitas, para después pasar un rato divertido con el kayak a lo largo de la gruta de Hang Luon, entre formaciones calcáreas y acantilados. Es una pena que debido a la afluencia masiva de turistas, las aguas de Halong están en muchas zonas sucias con basura y contaminadas.
Tuvimos suerte con el grupo y la cena en el barco fue muy agradable. Quedó tiempo hasta para pescar calamares. Por la noche caímos rendidos y dormimos como troncos mecidos por las olas.
Nos despertaron bien pronto por la mañana a orillas de la isla de Titop para subir las 340 escaleras que llevan a una cima con vistas espectaculares de 360 grados de la bahía. La verdad es que el esfuerzo mereció la pena.
Ya bien despejados y tras un buen desayuno en el barco, llegamos a la isla de Cat Ba para pasar el día descubriendo el Parque Nacional. La isla de Cat Ba, cuyo significado en vietnamita es «Isla Mujeres», es como el resto de la bahía de paisaje kárstico, pero encierra en su interior una jungla tropical con flora y fauna únicas que son Reserva Mundial de la Biosfera. El Parque Nacional, con componente terrestre pero también marino, ocupa aproximadamente un tercio de la isla y en su interior vive el «langur de cabeza blanca» del que sólo quedan aproximadamente 100 ejemplares. Nosotros recorrimos parte en bicicleta y parte haciendo trekking por el bosque.
Esa noche la pasamos en un hotel en el pueblo de Cat Ba, el mayor núcleo urbano de la isla. En toda la isla viven aproximadamente 13.000 habitantes residiendo en seis comunas diferentes y otros 4.000 en pueblos pesqueros flotantes en la costa. La mayoría se concentran en el pueblo de Cat Ba, al sur, el cual se ha convertido en el centro comercial y punto de acogida de cientos de turistas cada día. Nuestro guía nos llevó a puestos de calle donde comimos pero sobre todo bebimos la «happy water» que tanto gusta a los vietnamitas, que es vino de arroz casero.
El último día lo pasamos en la cubierta del barco, saltando desde lo alto al agua, leyendo en las tumbonas o simplemente observando la belleza de la bahía y las rutinas de los pescadores y sus pueblos flotantes.
Encantados con nuestra experiencia en la Bahía de Halong tomamos el autobús rumbo a Hanoi.