Hemos tenido la gran suerte de llegar a Camboya durante las celebraciones del Año Nuevo. Nuestro primer destino ha sido Siem Reap y aquí es donde hemos conocido y compartido la gran fiesta khmer.
El año nuevo en Camboya, Choul Chnam Thmey en el idioma khmer, es una fiesta pública que dura 3 días y viene marcada por su calendario solar, siendo cada año el primer día el 13 o 14 de abril nuestros. Son unos días que marcan el final de la época seca antes de que comience la época de lluvias y los agricultores descansan y disfrutan de sus frutos antes del inicio de las lluvias.
Los orígenes de esta fiesta se asientan en el brahmanismo, muy relacionado con el hinduísmo, ya que los khmer antes que budistas fueron hinduístas durante siglos. La fiesta es considerada budista, pero al igual que en los templos y en la mentalidad khmer, pervive el componente hinduísta. Tradicionalmente, cada día tiene su nombre y sus rituales.
Primer día: Maha Songkran
Simboliza al igual que en otras culturas como la tamil, el día de la creación. Según el pueblo khmer, el mundo fue creado por los ángeles de Dios por lo que este día limpian sus casas y las iluminan con velas y luces para darles la bienvenida. La familias colocan un ídolo de Buda en el altar de sus casas y queman incienso en los templos, inclinándose, arrodillándose y postrándose tres veces ante la imagen de Buda en señal de agradecimiento por sus enseñanzas. En busca de la buena suerte, lavan su cara con agua sagrada por la mañana, el pecho al mediodía y los pies por la noche antes de ir a dormir.
Segundo día: Virak Vanabat
Es el día para pensar en los menos afortunados y la gente ofrece caridad a los pobres. Las familias van a los templos en señal de respeto a sus ancestros y también se intercambian regalos.
Tercer día: Leang Saka
Es el día en el que limpian las estatuas de Buda con agua perfumada para asegurarse recibir el agua suficiente para el nuevo año. En las familias los hijos lavan a sus mayores para recibir de ellos los mejores deseos y consejos durante el año.
En realidad, toda la celebración es una fiesta del agua pues sobre todo los más jóvenes se refrescan y se divierten lanzándose agua unos a otros con cubos o pistolas de juguete (no confundir con la Fiesta del Agua en la que precisamente no se lanzan agua). Además se echan polvos de talco como señal de buena suerte y buen año.
Nosotros no dudamos, ya con la caída del sol, en salir y ver el ambiente en la Pub Street de Siem Reap. La sorpresa fue enorme cuando nos vimos sumergidos en la fiesta del agua y del talco, todo eran sonrisas, música y bromas. Lo pasamos como niños y conseguimos refrescarnos después de un día de calor tórrido. Había quien llenaba sus pistolas con agua helada, quien tiraba cubos enteros desde las ventanas, quien tímidamente te ponía un poco de talco en la cara y marchaba corriendo. Ha sido nuestro tercer año nuevo «este año» y sin duda inolvidable.
En nuestra visita a Siem Reap y los templos de Angkor tuvimos la suerte de toparnos con un conductor de tuc tuc genial, Dy. Además de llevarnos por los templos nos abrió las puertas de su casa de par en par en la gran fiesta del año. Los camboyanos dan una gran importancia a la familia y sobre todo a sus mayores por lo que Dy nos presentó a decenas de relativos suyos. Pudimos ver cómo lavaban a los padres y abuelos entre risas y juegos. Nos sentaron a su mesa y nos ofrecieron bebida y comida para después pasar a una de sus actividades favoritas, la danza. Bailamos todos juntos en círculo hasta que caímos agotados.
Sobre todo nos sentimos orgullosos por haber conocido tan de cerca familias khmer, que a pesar de tener muy cerca en el tiempo y en la memoria un pasado aterrador han salido adelante con fuerza, con sonrisas, alegría y una hospitalidad fuera de lo común.